Esta fotografía
fue tomada por José Manuel Ballester en 2014, en esta aparece un paisaje, el
Huerto del Parral, junto a la ribera del rio Eresma en Segovia. Esta fotografía
se encuentra en la exposición de “Umbrales del silencio” en el Museo de arte
Contemporáneo Esteban Vicente, en Segovia.
En esta fotografía nos encontramos con una mezcla entre
paisaje natural y paisaje arquitectónico, aunque en una primera observación se ve que en la imagen hay una ausencia de
vida humana y animal, no es así, ya que podemos apreciar como en el fondo del
huerto aparece una monja trabajando
integrada en el paisaje. Con esto lo que el autor quiere conseguir es eliminar la
apariencia en un primer vistazo de la presencia humana dentro de las obras. En
el caso de esta imagen el lugar donde está tomada no está abierto al público,
sino que solo está habitado por las monjas, por lo que al autor le ha sido más
fácil hacer que el espectador no aprecie de una forma tan rápida la presencia
humana en la fotografía.
Se nos presenta un escenario natural, el huerto del parral.
En un primer plano podemos contemplar una serie de surcos en los que crecen
distintas hortalizas, desde acelgas, tomates, cebollas… Al extremo
izquierdo de la fotografía, al finalizar
los surcos, se encuentra una hilera de árboles. En el extremo derecho, podemos
observar como hay una tapia que delimita el huerto del monasterio, y también se
puede ver la hilera de árboles a ambos lados de la valla. En el fondo de la
imagen en el centro, se puede observar el Monasterio del Parral el cual
continúa hasta el lado derecho de la imagen, oculto entre una serie de árboles.
La primera
apariencia de la imagen crea la
sensación de ausencia de personajes. Podemos captar que la fotografía está
hecha desde el punto de vista del espectador, como si fuera lo que el
espectador está observando. El autor intenta captar un momento de reposo, y se
ve como mediante esta fotografía lo que quiere trasmitir es el silencio que
yace en el huerto del monasterio.
Los objetos principales de esta imagen como ya he dicho son
los surcos de la huerta, la valla, los árboles que aparecen a ambos lados de la
huerta y el monasterio del Parral.
En esta obra predomina la línea, podemos
observar la parte inferior como los surcos forman líneas rectas que dan
sensación de profundidad en la imagen, la línea recta que forma el surco
central de acelgas hacen que la mirada del espectador se dirija hacia arriba
para que la mirada se centre en el monasterio. Continúa las líneas que
consiguen una sensación de verticalidad con los palos de los surcos y con la valla que
delimita el huerto. En esta fotografía podemos ver como las líneas paralelas de
los surcos del huerto se unen en la distancia, creando una impresión de
profundidad, lo que se llama perspectiva lineal haciendo que la mirada del
espectador se centre en el punto.
La obra es un gran plano general
ya que nos muestra un espacio aparentemente vacío de personajes. La fotografía
está tomada desde un punto de vista normal, y está a la misma altura del
espectador dándole la sensación que se encuentra en el lugar donde está tomada
esta. En un primer plano podemos observar que se encuentra el huerto del
Parral, el cual ocupa la mitad de la fotografía, más concretamente la parte
inferior de esta. Y en un último plano pero no menos importante vemos el Monasterio
del Parral. La fotografía está tomada desde un punto perpendicular y la cámara
a la altura de los ojos. El encuadre es horizontal, que sugiere quietud,
tranquilidad…
Respecto a la luz de la imagen
podemos apreciar que es una luz natural ya que procede de la luz solar debido a
que está fotografiada en un espacio natural y abierto. Es una luz nítida y
suave que dota de mayor intensidad a los colores de todos los objetos que la
componen. Destaca también el brillo de estos colores. Es una iluminación semi-lateral.
Los puntos principales de aportes de luz a la imagen provienen con más fuerza
de la parte izquierda, provocando claridad con tonos blanco en este lado y un
tono más amarillo cálido en la parte derecha. Por lo que podríamos decir que la
luz procede del lado izquierdo de la
fotografía ya que podemos comprobar que en esa zona el cielo está más claro, y
tiene como una especie de destellos causados por la dirección de la luz solar.
Otro de los factores que demuestran la situación del foco de luz, es el brillo
que tiene el lado izquierdo de la torre que hay en el fondo de la fotografía,
en la cual podemos apreciar que el color es más brillante y cálido causado por
el enfoque del sol en esa zona. Este mismo efecto se puede apreciar aunque en
menor medida en la valla del Monasterio. El cielo aporta luz natural a la
imagen pero la parte inferior de esta se presenta más oscura debido a la espesura
de la hilera de árboles del lado izquierdo de la fotografía. La claridad y la
luminosidad, hacen que la parte izquierda sea de colores más fríos que la derecha.
Uno de los aspectos más
importantes de esta imagen es la variedad de color que posee. Predominan los
colores fríos, el verde presente en las
hortalizas del huerto, y el azul procedente del cielo. En el huerto hay
diversos tonos de verdes, violeta Pero
aun así podemos encontrar en la zona derecha de la fotografía colores cálidos en
las hojas de los árboles, amarillos, rojos, granates…
En cuanto a las características
de la imagen, nos encontramos ante una escala de alto grado de iconicidad, ya
que estamos en un paisaje natural que representa la realidad tal y como es. Es
una fotografía compleja ya que tiene una gran variedad de elementos, y precisa
una observación detallada para distinguir todos los elementos. Es una imagen
redundante, ya que responde a cierta estandarización de representar paisajes.
La fotografía es monosemica, ya que tiene un sentido obvio, como es el de
representar un paisaje. En un análisis connotativo esta imagen sugiere
tranquilidad y reposo.
LAURA.I
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